Mails 2011
MARZO
Hábitos
cotidianos
ABRIL
El poder del pensamiento
Un proverbio chino
dice: "No puedes evitar que aves
de tristeza vuelen sobre tu cabeza; pero sí puedes evitar que aniden en tu
pelo". Siempre me pareció una forma clara de mostrar lo que pueden
hacer nuestros pensamientos. O mejor dicho, lo que podemos hacer nosotros con
ellos. Sabemos que es mejor enfrentar la vida con una sonrisa y con actitud
positiva aunque no sea fácil lograrlo. A veces nos sale bien, otras no nos sale
para nada porque, por alguna razón de la naturaleza humana, tenemos cierta
tendencia a dejar que las aves de tristeza aniden en nuestro pelo.
El Profesor Dr.
Hitzig ha desarrollado un ALFABETO EMOCIONAL.
- Las conductas con R: resentimiento, rabia, reproche, rencor, rechazo, resistencia, represión, son generadoras de CORTISOL, una potente hormona del estrés, cuya presencia prolongada en sangre es letal para las células arteriales ya que aumenta el riesgo de adquirir enfermedades cardio-cerebro-vasculares.
- Las conductas R generan actitudes D: depresión, desánimo, desesperación, desolación.
- En cambio, las conductas con S: serenidad, silencio, sabiduría, sabor, sexo, sueño, sonrisa, sociabilidad, sedación, son motorizadoras de SEROTONINA, una hormona generadora de tranquilidad que mejora la calidad de vida, aleja la enfermedad y retarda la velocidad del envejecimiento celular.
- Las conductas S generan actitudes A: ánimo, aprecio, amor, amistad, acercamiento.
Lo que siempre se
llamó "hacerse mala sangre" no es más que un exceso de cortisol y una
falta de serotonina en la sangre.
El Dr. Hitzig ha
comprobado con sus investigaciones que quienes envejecen bien son las
personas activas, sociables y sonrientes.Y como para vivir y envejecer
bien hay que comenzar desde la juventud, empecemos hoy practicando las S
frente al espejo para mejorar nuestro humor y cuidar nuestra salud. Y si hay
conductas con R, buscá el camino para resolverlas, siempre se puede...
MAYO
EJERCICIO PARA LA FELICIDAD
(Lyubomirsky/Sheldon)
1) Expresar gratitud: dar las gracias
por las cosas buenas que tienes o trasmitir tu gratitud y tu reconocimiento a
una o más personas a las que nunca has dado las gracias como correspondía.
2) Cultivar el optimismo: llevar
un diario en el que imaginas y escribes el mejor futuro posible para ti, o practicar mirar el lado bueno de todas las situaciones.
3) Evitar pensar demasiado y evitar la
comparación social: utilizar estrategias (como la distracción) para
reducir la frecuencia con la que piensas en tus problemas y te comparas con los
demás.
4) Practicar la amabilidad:
hacer cosas buenas por los demás, ya sean amigos o desconocidos, y sea directamente o de forma anónima, ya sea
de manera espontánea o planeada.
5) Cuidar las relaciones: elegir
una relación que haya que fortalecer e invertir tiempo y energía en curarla, cultivarla, ratificarla, y disfrutarla.
6) Desarrollar estrategias para afrontar:
practicar maneras de soportar o superar un estrés, una dificultad o un trauma
reciente.
7) Aprender a perdonar: llevar
un diario o escribir una carta en la que trates de desprenderte de la ira y el resentimiento con respecto a una persona o varias que te
hayan hecho daño o hayan sido injustas contigo.
8) Hacer más actividades que realmente te
atraigan: aumentar la cantidad de experiencias, en tu casa y en el
trabajo, en las que te ensimismes, que supongan un reto y te absorban (experiencias
que te hagan “fluir”).
9) Saborear las alegrías de la vida:
prestar mucha atención, deleitarse y repetir los placeres momentáneos de la vida y sus maravillas, ya sea a través del pensamiento,
la escritura, el dibujo o de compartirlos con otra persona.
10) Comprometerte con tus objetivos:
elegir uno, dos o tres objetivos importantes que tengan sentido para ti y
dedicar tiempo y esfuerzo a perseguirlos.
11) Practicar la religión y la
espiritualidad: participar más en tu iglesia, templo o mezquita, o leer
y reflexionar sobre libros de temática espiritual.
12) Ocuparte de tu cuerpo:
emprender una actividad física, meditar, y sonreír y reír.
JUNIO
El proceso de elegir
"Las 7 leyes espirituales
del éxito" (Chopra)
La mayoría de nosotros, reaccionamos a los
estímulos de nuestro ambiente. Olvidamos que esas reacciones son opciones que
elegimos inconscientemente en cada momento.
Si nos detenemos y observamos cada una de
nuestras elecciones, ese simple acto de convertirnos en espectadores, nos
permite pasar de una reacción inconsciente a una elección consciente.
El proceso para elegir consiste en hacernos
dos preguntas:
1) ¿Cuáles son las consecuencias de escoger esta
opción?
2) ¿Traerá esta elección que estoy tomando
felicidad para mí y para quienes me rodean?
Si la respuesta es afirmativa, sigamos
adelante.
Si la respuesta es negativa, abstengámonos de
escoger ese camino.
Es así de sencillo. Elegir la opción adecuada
nos nutre, a nosotros y a todas las demás personas a quienes ella afecta. Y nos
da un gran poder personal.
SEPTIEMBRE
El arte
de ser tolerante contigo mismo requiere cinco habilidades:
1) Tener plena
conciencia de ti mismo: “estar” en tu cuerpo, sentir tus emociones y
conocer tus necesidades.
2) Atreverte a cuidar
de ti mismo, aunque moleste a los demás: darte gustos, saber cuáles son tus
límites, distinguir entre lo que te hace bien y lo que te hace mal.
3) Cultivar el diálogo
a través de la expresión de ti mismo, la escucha empática al otro y la
expresión de la gratitud.
4) Crear tu vida de
acuerdo con quien eres en lo más hondo de ti: escucharte para conocerte e
intentar realizar tus proyectos.
5) Disciplinar tu
espíritu: expresar las necesidades en vez de quejas o criticas, y apreciar la
belleza de cada instante.
“No olvides que tú, eres tu mejor amigo”.
Bibl: Van Stappen y Augagneur “Cuaderno de ejercicios para ser
tolerante con uno mismo”, Ed. Jouvence/Terapias Verdes.
OCTUBRE-NOVIEMBRE: Meditación en un minuto (link)
DICIEMBRE
“Vacaciones”
"La
palabra "vacaciones" proviene del vocablo latino vacatio . Su
acepción original es "tiempo de vaciamiento". Es el momento de vaciar
algo que está lleno.Lograr un vacío fértil, el de la pasividad, la
receptividad, el silencio y la contemplación. En él no hay nada que hacer, sino
permitirse ser un simple testigo de lo que está alrededor, de lo existente,
hasta fundirse con ello y reintegrarse a la naturaleza en todas sus
dimensiones.
En el vacío fértil florecen nuevas perspectivas; se
ve lo que habitualmente escapa a nuestra mirada; es posible encontrar
emociones, sentimientos y capacidades olvidadas; se despliegan aspectos
insospechados del mundo y de los seres que nos rodean; se advierten caminos de
vida hasta entonces impensados; muchas imposibilidades se transforman en
posibilidades, y lo que parecía inamovible e incuestionable revela nuevos
aspectos. Por eso, tal vacío es fértil.
En el vacío fértil nada hay para hacer, ni es
necesario. Es un estado y, como tal, se trata de estar en él, de permanecer. Es
acogedor. Es generador de endorfinas. Las endorfinas son hormonas producidas en
la hipófisis. Todo aquello que nos resulta placentero estimula la producción de
endorfinas. Estas, a su vez, espolean la sensación de relajación, de armonía.
No producimos endorfinas para estar bien, sino que las originamos porque
estamos bien. Por eso se llaman hormonas de la felicidad. Y, como la felicidad,
no son el resultado de una búsqueda obsesiva, sino la consecuencia de una
manera de estar en el mundo, de actuar en él, de relacionarse, de vivir.
A la luz de estas descripciones, bien se puede decir
que hay vacaciones endorfínicas y hay vacaciones adrenalínicas. Las primeras,
probablemente, son el resultado de un auténtico vacatio, un tiempo de
vaciamiento, un acercamiento sin temor al vacío fértil.
Este tipo de vaciamiento despeja el campo visual y
permite que se recuperen figuras y vínculos en el campo afectivo, que se
profundicen raíces emocionales, que despunten vetas creativas. En el silencio
suele aparecer el otro, y lo hace con frecuencia con el rostro de nuestros
seres más cercanos, a quienes en el "lleno" habíamos perdido de
vista. Aparece en un rato de quietud compartida, sin necesidad de hacer algo,
ni de convocarnos a actividades de ningún tipo. Se trata sólo de estar, de
mirarnos, de redescubrirnos a través de la escucha, de la mirada, de la simple
y poderosa presencia. Nada más barato ni menos estresante. Un tiempo no
planeado, que simplemente acontece.
En el vaciamiento aparece la posibilidad de lecturas
compartidas, de caminatas que no se proponen llegar a algún lugar ni hacerlo en
determinado tiempo. Se ofrece la maravillosa oportunidad de formular preguntas
del tipo "¿cómo estás?", "¿cómo te sientes?", "¿qué
está siendo de tu vida?". Preguntas sorprendentes, quizás, sobre todo
cuando el destinatario es nuestra pareja, nuestro hijo o hija, nuestro padre o
madre, nuestro hermano o hermana, nuestro amigo o amiga, esos seres cercanos de
los cuales suele alejarnos el "llenado" que nos ha aquejado durante
el año. Y sorprendentes y mágicas pueden ser las respuestas cuando abrimos
nuestra escucha y las recibimos sin apuro, sin juicio, celebrando la primicia
de acogerlas"
Sergio Sinay.
“Vacaciones ¿para qué?”Nota completa: http://www.lanacion.com.ar/1083736-vacaciones-para-que
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